La rubia Alix Lynx libera su vikinga interior, rondando a Chad como si fuera su conquista romana. Se desnuda, revelando su cuerpo ardiente, lista para un festín de sexo duro. Alix empieza con una mamada descuidada, balanceándose sobre su gruesa polla como una profesional. Chad le agarra la cabeza, gruñendo "¡joder!" mientras ella le hace una garganta profunda. La inclina, embistiendo su coño mojado, sus cuerpos chocando a un ritmo primitivo. La habitación resuena con sus palabras sucias y gemidos. Cuando Chad ya no puede contenerse, se retira, cubriendo la cara de Alix con una corrida masiva, marcando su territorio como un auténtico romano.