Compañero de piso colgado recibe una paliza de su compañero de habitación gay cachondo
Hambriento de polla, un compañero de piso cachondo cae de rodillas, deseando una corrida salada. Envuelve sus labios alrededor de una polla palpitante, metiéndola hasta el fondo en una mamada húmeda. La habitación resuena con sorbos y gemidos apagados mientras le follan la boca. Pero el sexo oral no es suficiente. Se quita la ropa, el compañero de piso se inclina, suplicando una penetración anal intensa. Los gemidos se convierten en maldiciones mientras le abren el culo de par en par. El sudor gotea, los cuerpos se abofetean, y la habitación se llena con la sucia sinfonía del sexo gay crudo. ¿El final? Una corrida caliente pintada en su ansiosa cara.
