La polla negra de Sly Diggler era una polla monstruosa, gruesa y jugosa, justo como me gustan. La metió y me volví loca. Esa polla enorme me estiró, dándome en los puntos justos. Gritaba, gemía como una perra en celo. Entonces lo sentí, esa polla enorme enviando ondas de choque por mi cuerpo. Me corrí como una cascada, mi coño palpitando de placer. El sexo con Sly era más que solo follar; era una obra maestra del porno. Esa polla negra me dejó chorreando y con ganas de más de esa locura de sexo con chorros.
15:31
10:35