Se queda dormida durante nuestra peli de Netflix, así que le quito el pijama, dejando al descubierto ese precioso coño casero. Le doy un golpecito en el culo, despertándola. Gime, ya mojada. Se acabó la hora amateur, es hora de un buen polvo. La agarro por las caderas, embistiéndola por detrás, a cuatro patas. Ella jadea, se resiste, con ganas de más. Joder, su coño se siente demencial, apretándome fuerte. La embisto más profundo, sus gemidos se convierten en palabras sucias. Está cerca, yo más cerca. Ni de coña me voy. Nos corremos con fuerza, desplomándonos en un desastre sudoroso y jodidamente increíble. Nivel de noche de cine: experto.
19:04
10:07