Con el calor sofocante del verano, mi maldito aire acondicionado se estropea. Así que mi madrastra rubia y tetona no tiene más remedio que meterse en mi habitación y compartir mi cama. Es una amateur sexy, con un cuerpo que no se rinde. Acostada a mi lado, su adorable pose de misionero no disimula sus curvas perfectas. No puedo evitar mirarla, es un punto de vista perfecto. Sé que siente mis ojos sobre ella, y, caray, le encanta.