Está enjabonada y restregando, pero mi mente sucia está en otra parte. Me acerco sigilosamente a mi criada, con los vaqueros ya desabrochados. No deja de lavar los platos, ni siquiera cuando mi enorme polla encuentra el camino hacia sus bolsillos traseros. Me froto contra ella y luego deslizo mi verga dentro de esos vaqueros ajustados. Gime, pero sigue restregando. La follo así, inclinada sobre el fregadero, llenándole los pantalones con cada embestida. Es un desastre de mierda cuando finalmente me corro, chorreando profundamente en sus vaqueros. Joder, sí, así es como se hace uso libre.