La reina de la realeza, una diosa de ébano gruesa, rebosa de espíritu navideño. Vestida como una sexy ayudante de Papá Noel, no solo reparte regalos; es el regalo que no para de dar. Con un coño gordo y húmedo que anhela atención, provoca, mostrando sus curvas antes de ponerse manos a la obra. La realeza cabalga como si estuviera en el trineo de Papá Noel, recibiendo pollas como la reina que es. Es un puto milagro navideño, alegría navideña desbordante y guarrilla.