Una nena negra de impresionantes ojos azules me rogó que le follara su coño mojado. La embestí por detrás, a cuatro patas, con su culo de amateur rebotando contra mí. Le encantó, gimiendo como una estrella porno. Exploté dentro de ella, pero mi polla seguía dura como una piedra. Sonrió, sabiendo lo que venía después. Me deslicé en su estrecho culo, en primera persona, dándole una cogida anal que jamás olvidaría.