En una bulliciosa oficina de Tokio, un empleado masculino tiembla ante su dominante jefa femdom. Es una zorra japonesa pervertida, sus tacones altos repiquetean en el suelo mientras lo rodea como una presa. Él es su esclavo masoquista, anhelando los rituales femdom que ella realiza. Hoy, ella lleva su entrenamiento de dominación al límite. Lo ata, su risa resuena mientras le provoca la polla, solo para dejarlo suplicando. Él gime entre dientes, con los ojos en blanco mientras ella finalmente lo recompensa con su orina. Este es un entrenamiento completo, al estilo japonés.