Una zorra casada recorre las calles como conductora de un vehículo compartido, hambrienta de polla. Recoge a desconocidos y los sienta en el asiento trasero para una entrevista amateur. Una cosa lleva a la otra, y de repente, está pajeando a un tipo en público, disfrutando cada segundo. El tipo le corre por todas las manos, dejándola riendo y deseando la polla del siguiente pasajero. Una auténtica reina de las pajas en la calle.