La enfermera Rebecca Volpetti, una belleza con su uniforme diminuto, sabe cómo hacer que sus rondas sean aún más excitantes. Pilla a su jefe casado mirándola y decide jugar sucio. Provocándolo con una mamada, lo pone duro y listo. ¿Pero por qué detenerse ahí? Lo convence de invitar a un paciente, convirtiendo la sesión en un trío explosivo. Recibe sexo anal de su jefe mientras monta a la paciente a lo vaquera, luego cambia a la postura del perrito para una doble penetración salvaje. Esta chica sabe cómo hacer que las rondas en el hospital sean inolvidables.