Juré que éramos solo amigos hasta que me inclinó sobre su cama.
Ella pensó que solo eran amigos hasta que terminó de rodillas, con su rubia cabeza balanceándose sobre su polla. Acción amateur en su máxima expresión, con el culo tatuado al aire, ella se la chupó como una profesional. Él la agarró por las nalgas, abriéndola bien antes de penetrarla profundamente en el coño. La mamada se convirtió en sexo, la amiga en un compañero de sexo en una tarde de infarto que jamás olvidarían.
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