La vecina vino a pedirme azúcar, pero vio mi polla gruesa que me cubría los pantalones y se arrodilló. ¡Joder!, esta chica era pura belleza, con unas tetas naturales impresionantes. Me hizo una mamada descuidada, atragantándose con mi polla como una profesional. La leche le salpicó la cara. ¡La mejor mañana de mi vida!