El gerente Dave está cabreado, pero su asistente tetona sabe cómo calmarlo. Ha estado escondiendo un consolador enorme en su cajón y ahora está dando un espectáculo, cabalgándolo a lo vaquera. Sus gemidos resuenan por la oficina mientras se folla a lo bestia, pero Dave quiere más. Saca su polla, doblándola para una invasión anal mientras aún está llena de su juguete. Esta ninfómana está en el cielo, siendo asada a la parrilla y penetrada hasta que grita maldiciones, pidiendo más. Es un desenfreno sucio y atrevido que te hará sudar.