Perdí una apuesta con mi vecina y, ¡joder!, ¿cómo cobró? Una amateur se arrodilló, chupándome la polla como una profesional. Sorbiendo, atragantándose, le encantó. Se bajó los pantalones, se inclinó y metió mi polla hasta el fondo de su ano. Gimió, cabalgándome la polla, tomándola cada centímetro. Un culo buenísimo rebotando sobre mí, sudando, gritando, hasta que ambos explotamos. ¡Joder, sí! El mejor partido de fútbol de la historia.