Mis amigos cachondos querían follar, así que pedí dos prostitutas de lujo para un festín de sexo masivo.
Dos escorts de lujo se presentaron en mi puerta, listas para follar. No eran las típicas prostitutas; eran estrellas porno, rebosantes de glamour. Una era una morena guarrilla a la que le encantaba chupar pollas, atragantándose como una profesional. Fue directa a la mamada, haciendo una garganta profunda como una campeona. Su amiga, la guarrilla, estaba deseando empezar, recibiendo por el culo, un sexo anal como si no hubiera un mañana. Mis chicos se unieron, con las pollas fuera, listos para la fiesta. Se convirtió en una orgía de mierda masiva, todos taladrando y siendo taladrados. Nos follamos a esas guarrillas con fuerza, sus gemidos llenaban la habitación. Fue un festival de meadas, una noche que jamás olvidaríamos.
