Paseando por las bulliciosas calles de Lima, veo a una latina amateur, gordita y curvilínea, con su enorme trasero tambaleándose, implorando atención. Nos miramos a los ojos y ella sonríe con suficiencia, sabiendo que le espera un placer. Me acerco, susurrándole "fóllame" al oído, y ella asiente. Nos metemos en un callejón y ella cae de rodillas, tragándose mi polla con avidez. La inclino, follándole su coño mojado hasta dejarlo a flor de piel, mientras nuestros gemidos resuenan contra las paredes sucias. Sudorosas y sin aliento, buscamos nuestro subidón, perdidas en el placer del roce de una desconocida. Su enorme trasero se ondula con cada embestida, y el sonido de las bofetadas me incita a correrme. La azoto y luego la agarro del pelo, atrayéndola hacia mí mientras mi eyaculación me deja temblando. Me corro en su enorme culo, dejándole mi marca, y luego cada uno se va, saciado sin decir palabra.