La pelirroja Katerina Deville hace de profesora traviesa, enseñándome a ganar resistencia. La acción amateur empieza con una mamada descuidada, luego llega la hora de la vaquera. Cabalga como una profesional, moviéndose hasta que está lista para más. A continuación viene la posición a cuatro patas, su culo rebotando con cada embestida. Joder, esta chica sabe cómo hacer que un hombre dure. Su ritmo es demencial, cambiando de postura, enseñándome a aguantar. Una auténtica loca entre las sábanas, me folla hasta el cansancio, dejándome sin aliento y exhausto.