El cabello rubio de Summer es un desastre, pero a ella le da igual. Está de rodillas, recibiendo duro a cuatro patas, justo como le gusta. Esta zorra es insaciable, siempre dispuesta a un buen polvo matutino. Gime cuando él cambia a la postura del misionero, con el cuerpo ya cubierto de sudor. La agarra por el culo, acercándola para una intensa penetración. No es su primera vez; Summer es una experta en recibir pollas como una campeona. Su cuerpo tiembla de placer mientras él la embiste con fuerza, sus gemidos llenan el aire. Es la tercera ronda, y todavía tiene hambre de más.