Me enganché por completo después del primer episodio, así que fui a buscar a la zorra del segundo. Es un sueño de estrella porno, follando con chicos en todas las posturas imaginables. Misionero, a cuatro patas, se lo mete todo, incluso una polla negra enorme. ¡Un festín interracial en su máxima expresión, sí!