A Sara, una fanática del fitness, le encanta hacer sentadillas en algo más que aparatos de gimnasio. Después de entrenar, encuentra a su compañero de piso descansando en casa. Siempre dispuesta a un buen polvo, Sara le chupa la polla como si fuera un batido de proteínas, mostrando sus habilidades amateurs con las mamadas. Él la inclina, estirando su ano con su gruesa polla. Gime como una zorra, encantada con el sexo anal casero, demostrando que follar es su sesión de sudor favorita.