Marco Goiano cree que está haciendo una audición para un trabajo popular, pero este casting amateur da un giro brusco hacia una locura de sexo gay. El travieso cabrón tras la cámara no es tímido, quiere un pedazo de ese culo de estrella porno. Inclinando a Marco, se desliza dentro, follándolo a cuatro patas. Sin condón, solo sexo anal sudoroso y a pelo. Marco gime como una perra en celo, disfrutando cada centímetro, disfrutando cada segundo.