Estaba disfrutando de la vista en el balcón compartido del hotel cuando, de repente, una polla dura como una piedra interrumpió su mañana. ¡Joder, si no se había apuntado para esto! Pero, demonios, la polla es enorme, y está ahí mismo, metiéndole el culo. Se gira para ver ese ángulo en primera persona y se da cuenta de que es la polla amateur que tanto ansiaba. De repente, estaba frotándose contra ese monstruo, metiéndoselo hasta el fondo del culo como una profesional. De cerca, se veía cada centímetro estirando su estrecho agujero. Gimió, sintiendo la enorme polla palpitar hasta que explotó en una corrida masiva sobre su ansiosa cara. ¡Menuda manera de empezar el día!