Al jovencito Scott Finn le encanta recibir pollas enormes hasta el fondo. De rodillas, se traga la enorme polla de su padrastro deportista como un profesional. Gotea saliva mientras se atraganta, recibiendo una mamada descuidada hasta las pelotas. Inclinado, recibe una mamada brutal a cuatro patas, y luego se da la vuelta para seguir follando en la postura del misionero. Su padrastro le perfora el estrecho agujero, haciéndole gemir como un cabrón. El culo de Scott queda abierto tras una intensa penetración anal, y vuelve a envolver esa gruesa polla con sus labios, listo para una descarga de semen caliente en un final de garganta profunda.