En una cabaña rústica de madera, se desata una orgía salvaje. Rubias y morenas chupan pollas como hambrientas, con los labios envueltos alrededor de pollas palpitantes. La sala resuena con sorbos y "joder, sí". Los chicos taladran coños con fuerza y luego derraman semen caliente sobre las caras ansiosas. Es un derroche de leche, con corridas a raudales y zorras tragándose cada gota.