¡Joder, qué entrenamiento! Nuestro nuevo entrenador personal, un negro calvo y musculoso, sabía perfectamente cómo tratar a dos amateurs morenas como nosotras. Era súper atento, asegurándose de que estiráramos bien y sudáramos a mares. Pero, maldita sea, la verdadera lección empezó después de la sesión de gimnasio. Este tipo sacó su enorme polla negra y nos enseñó exactamente cómo follar con mi insaciable esposa. Ella no se resistió a unirse, convirtiendo nuestra clase privada en un festival de mamadas interraciales a tres. ¡Madre mía, a eso le llamo entrenamiento personal!