Al despertarme excitado, vi la polla gorda del negro con el que discutí anoche. «A la mierda», pensé, me deslicé y empecé a chuparle su enorme verga. A esta amateur le encanta una polla negra jugosa por la mañana. Gimió, todavía medio dormido, mientras le hacía una mamada húmeda, compensando nuestra pelea de la forma más sexy imaginable.