Anya, la universitaria juguete sexual, se cree demasiado buena para una buena cogida, pero esta estrella porno rusa aprende la lección en el sofá de casting. Inclinada sobre el sofá, recibe una buena penetración anal, con su estrecho ojete estirado alrededor de una polla gruesa. Gime como una perra en celo mientras la penetran en la postura del misionero, y luego la dan la vuelta para más acción a cuatro patas, con el culo abierto goteando lubricante. Para el gran final, Anya cae de rodillas, recibiendo con ansia una corrida caliente en la boca. Se traga cada gota, demostrando que solo es otra zorra sedienta de semen en prácticas.