Mi sexy hermanastra latina quería ser stripper, así que me pidió ayuda para aprender a bailar twerking. Sabía que era tabú, pero maldita sea, ese culo era demasiado bueno para resistirse. Empezó a menearlo, a restregarse contra mí, y antes de que me diera cuenta, su jugoso trasero estaba rebotando en mi regazo. Después, la tenía de nuevo con esa cosa por toda mi habitación hasta que... Estaba sudando y cachonda, y yo estaba duro como una piedra, y nos pusimos a hacer algo raro que no debíamos. Gritaba como si me la estuviera follando en un club lleno de gente; por cómo se movía, habrías pensado que llevaba años bailando por dinero.