Lleva semanas echándole el ojo al vecino, lista para follar con el imbécil de su novio. Esta amateur por fin se atreve, se arrodilla y hace una mamada descuidada como una profesional. Le encanta la mamada en primera persona; la hace sentir como una zorrita guarrilla. Él la inclina, follándola con fuerza hasta que ella suplica que le corra hasta el fondo. Gime mientras la llena de una corrida caliente. Ser infiel nunca se sintió tan bien.