La erección matutina me domina y mi chica viene al rescate con una maldita mamada.

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Despertando con una erección matutina, sé justo lo que necesito. Me doy la vuelta y encuentro a mi novia, ya despierta y sonriendo con suficiencia. Ella sabe lo que pasa. Sus manos envuelven mi polla palpitante, dándole una buena caricia. Joder, sus tetas se ven tan tentadoras. Se inclina y me toma en su boca húmeda. Maldita sea, es buena chupando pollas. Pero necesito más. La subo encima, se desliza sobre mi vara, cabalgándome como una campeona. Sus gemidos llenan la habitación mientras lo hacemos, uno a uno. Esto es justo lo que necesitaba para empezar el maldito día.

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