Mi madrastra guarrilla no podía esperar para saltar sobre mi polla
Mi madrastra rubia y guarrilla no podía esperar más. Era una belleza latina tatuada y ama de casa que gritaba "¡Fóllame!". Esa milf cachonda no perdió ni un segundo, agarró mi polla palpitante y la chupó como una profesional. Tenía muchísimas ganas. Me la follé ahí mismo, en el suelo de la cocina, con sus enormes tetas rebotando mientras gemía como una puta. Fue un desastre, y le encantó cada centímetro de mi polla. Sentía su coño apretándome fuerte, pidiendo más. La embestí con fuerza, tirándole del pelo, haciéndola gritar mi nombre. Era una guarrilla sucia, y no lo cambiaría por nada.
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