Después de un largo día de trabajo, me encontré en casa de mi compañera. Es una rubia amateur que siempre me provoca en la oficina. Esta noche, quería la polla a cuatro patas. La follé duro por detrás, sus gemidos llenaron la habitación. Me chupó la polla como una profesional, en primera persona, con esos labios haciendo magia. No pude contenerme y terminé con una corrida interna, su orgasmo exprimiendo hasta la última gota. Joder, fue intenso.