Ellie Tay pensó en sorprender a su esposo invitando a su amigo, el bien dotado, a un trío. Pero no sabía que sería ella quien se llevaría la sorpresa. Empezó con una mamada descuidada, luchando por meter su polla monstruosa en la boca. Su cabello rubio se balanceaba mientras lo montaba, exhibiendo sus habilidades amateur. Ansiaba más, siendo penetrada a cuatro patas, y sus gemidos resonaban por toda la habitación. Este era un secreto que ansiaba compartir con su esposo.