Se montó en esa polla, llevándolo a una salvaje cabalgada vaquera. La amateur no era ninguna profesional, pero sí sabía chupar pollas como una. Subió y bajó, haciéndole una mamada descuidada que lo dejó gimiendo. Luego, se montó encima, cabalgándolo como una campeona. Pero él aún no había terminado: la volteó, follándola a cuatro patas, haciéndola gritar con cada embestida.