Mi vecina, una morena amateur, me invitó a cenar. No tenía ni idea de que quería que me diera un festín. Me chupó la polla como una profesional, con un juego mental increíble en vaquera. Luego se dio la vuelta, con su coño húmedo listo en posición de perrito. ¿Cena? ¡A la mierda! Me estaba dando un capricho.