En una oficina bulliciosa de Tokio, la belleza morena Nana Kunimi ansía que termine el día. No anhela horas extras, anhela polla. Sin censura ni vergüenza, esta belleza japonesa se arrodilla, bajando la cremallera de los pantalones de su colega para revelar una polla palpitante. Con los labios húmedos, chupa y sorbe, haciendo garganta profunda como una profesional. La habilidad de Nana para las mamadas es increíble, dejándolo gimiendo y pidiendo más. Las horas de oficina nunca fueron tan placenteras.
Visitar el sitio de patrocinador