Aubry Babcock, una morena guapísima, llevaba semanas provocándome. Por fin, esta compañera de piso amateur de la universidad me dejó follármela hasta el cansancio. Me chupó la polla como una profesional, luego me montó con fuerza antes de dejarme penetrarla a cuatro patas. Sus gemidos llenaron la habitación; disfrutaba cada segundo.