Una adolescente rubia, recién cumplida, necesita desesperadamente un coche. Sabe que su padrastro negro y bien dotado tiene las llaves, así que le ofrece una mamada caliente y húmeda a cambio de que la lleve. Este encuentro apasionado es todo menos inocente, con la adolescente devorando cada centímetro con avidez, demostrando que no es solo una cara bonita, sino una zorrita hambrienta de polla.