En una sala de intercambio de parejas con poca luz, me encontré con el viejo amigo de mi marido, un amateur sexy con muchas ganas de jugar. Este tipo sabía lo que hacía, empezando con una mamada descuidada antes de pasar a una paja intensa y apasionada. La acción intensa se intensificó mientras follábamos como animales salvajes, disfrutando del momento con pura lujuria y placer. Este fue un encuentro que ninguno de los dos olvidaría pronto.