Selina Bentz creía que su madrastra, Puck, era una auténtica zorra, hasta que un día Puck la inmovilizó y la besó profundamente. Pronto, se frotaban los coños, y Puck se la folló con un consolador, ganándose el respeto de su hijastra, un orgasmo intenso a la vez. Estas lesbianas no se contuvieron, gimiendo y maldiciendo, con el sudor goteando mientras se follaban sin control.
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