Es una amateur, le encantan las películas caseras de sexo. El amigo gordito de su marido se acerca con un consolador en la mano. Está a cuatro patas, a cuatro patas, intentando meterse esa polla gorda. ¿Demasiado grande? Quizás. Pero esta guarrilla sexy no parará hasta que la llenen. Sin dolor no hay ganancia, ¿verdad? ¡Claro que sí!