La madrastra rubia Jane Cane se entera de los problemas de su hijastro con el abuso. Decide consolarlo, empezando con una mamada en primera persona que lo deja sin aliento. La cosa se pone más interesante cuando ella toma el control, montándolo a lo vaquera antes de pasar a la posición del perrito. El final del misionero los deja a ambos satisfechos, olvidando las preocupaciones del hijastro.