Un desconocido la pilló desnuda en la playa nudista, espiándola desde las dunas. Él sacó su polla y ella, en vaquera, lo montó como si estuviera haciendo yoga. En posición de misionero en la arena, él la folló hasta correrse. Ella gimió, sin importarle un comino quién la viera. El sexo en público nunca se sintió tan bien.