En un granero polvoriento y soleado, un vaquero alto y tímido, de 1.80 metros, se encuentra entre dos sementales aficionados. No es su primer rodeo, pero sí su primer trío. Los besos se vuelven voraces, la ropa se descuida, y el vaquero se quita el sombrero para una buena mamada. No hace falta escupir, estos tipos le van a dar arcadas. Es un frenesí gay de besos, mamadas y folladas, y este vaquero está a punto de disfrutar del viaje de su vida.