Pillada con la guardia baja, la amateur tetona estaba lavando la ropa cuando su padrastro irrumpió. "¡Ay, padrastro! ¿No ves que estoy lavando mis bragas?", bromeó. Él no pudo resistirse a su juguetona actitud vaquera, tomándola por detrás en un apasionado revolcón a cuatro patas. Su sesión casera fue cruda y apasionada, pasando del misionero a la vaquera como un baile sucio.