Se acababa de mudar, esta nueva y guapa chica vivía justo al lado. No me pude resistir, así que fui, y ¡joder!, estaba deseando follar. Nos lo montamos allí mismo, en su nuevo apartamento, sus gemidos resonando por las habitaciones vacías. Me cabalgó como una profesional, sus tetas rebotando con cada embestida. La embestí con fuerza, haciéndola gritar mi nombre mientras la recibíamos al barrio con estilo.