Después del carnaval, traje a Morena a casa y no podía quitarme las manos de encima. Esta amateur estaba sobre mi polla, chupándome como una profesional. Me montó como una vaquera salvaje, frotándome ese dulce coño. Luego, se dio la vuelta, queriendo sexo a cuatro patas, y le di duro en su culo apretado hasta que ambos explotamos.