Sin blanca y cachondo, le ofrecí al repartidor una mamada en lugar de dinero. Sacó la polla y me lancé a chupar como un profesional. Pero él quería más, dándome la vuelta para un poco de sexo anal. Esta escena amateur se pone salvaje mientras lo recibo todo, gimiendo como una estrella porno japonesa. Sin dinero, no hay problema, solo fóllame fuerte.