Todas las noches, mi padrastro se cuela en mi habitación, pensando que estoy dormida. Lo que no sabe es que anhelo su tacto intenso. A esta morena amateur le encanta la sensación de sus manos fuertes, la forma en que guía mi cabeza para una mamada profunda y húmeda. Nuestro secreto casero es sucio y ardiente, un deleite tabú que me deja con ganas de más. Esta noche, estoy lista para él, ansiosa por complacerlo como la zorrita traviesa que soy.